Muchos de los que me leéis ahora, conocíais a mi Amiga Piluca. Incluso también es vuestra Amiga, hija, hermana, compañera de trabajo.
Otros muchos no. Pero a través de Instagram y Facebook habéis sabido que el jueves 18 de Enero nos ha dejado.
A Piluca le diagnosticaron un cáncer de mama. Con una valentía y una fuerza envidiables, se enfrentó a este duro golpe que le dio la vida. Pero Siempre Siempre con una sonrisa. Con fuerza. Con ilusión porque miles de cosas buenas le quedaban por vivir. Porque tenía una familia Maravillosa por la que luchar. Inmensidad de Amigos, con mayúscula, de los que están siempre, que la quieren y necesitaban.
Porque era joven. Muy joven.
Porque no era justo y merecía que todo saliera bien.
Como se suele decir, “cogió el toro por los cuernos” y se enfrentó a una operación durísima. Y a lo que ella conllevaba. No hace falta dar más datos porque todos sabemos lo que un cáncer de mama implica.
Y ni siquiera así perdió la sonrisa.
Tenía días flojos. Duros. Tristes. Pero Siempre sabía sacar el lado bueno. Ella luchaba con la confianza de que se curaría.
Todo iba bien. Las pruebas posteriores daban buenos resultados. Y todo hacía pensar que la vida seguía.
Pero el pasado 6 de Noviembre, la vida le golpeó de nuevo. Células cancerígenas se habían reproducido. Y todo se desencadenó hacia donde nadie queríamos……
No voy a entrar en detalles. Porque es su vida. Su dolor y el de su familia y amigos. Pero fue duro. Y aún así, luchó como una campeona.
Sus padres y hermanos no se movieron de su lado en estos dos meses y doce días. Y dos Ángeles de la Guarda, sus Amigas Merchuca y María, no se separaron de ella.
Pero el día 18 de Enero, su fuerte corazón dejó de latir. Su luz se apagó. Nos dejó.
Pero esa luz sigue brillando muy fuerte. Nos dejó solos aquí, pero sigue desde allí con nosotros. Estoy segura, que desde un lugar maravilloso y mejor.
Estoy convencida que Dios se la llevó porque aquí ya había ayudado a todo el que lo necesitó. Y ahora, Él la necesita a Ella.
Como les decía el otro día a sus padres, no tendré vida para agradecerles el Ángel que estuvo conmigo y que ahora, se que me cuida desde el cielo. Que nos cuida. Porque lo hará con todos. Esa es parte de su inmensa generosidad.
Cuando operaron a Piluca, hice mis primeras bailarinas de punto con pompón. Quería que cuando volviese a casa del hospital, estuviera calentita y, egoístamente, que yo pudiera estar cerca de ella. Yo vivo en el sur. Ella en Madrid. Y así me sentía un poco a su lado.
Durante los últimos días y cuando Pilu se marchó, pensé, tengo que hacer algo para ella. Por ella.
Y fue entonces cuando pensé que mis bailarinas serían desde entonces, “las Pilucas” de My Martina Mini. Mis y vuestras pilucas. Para bebés, peques, mamás y no mamás.
Pero no podía quedar ahí. Había que hacer algo de lo que ella se sintiera orgullosa.
Y entonces pensé, qué mejor que donar el importe de “las pilucas” a la lucha contra el cáncer? Que esto sirva para algo. Porque ninguno estamos libres. Porque aunque suene repetitivo, el cáncer somos todos. Y si aportamos nuestro granito de arena, algún día espero no muy lejano, habrá cura. Y ninguna Pilu más se irá.
Así que desde hoy, todo el importe que se recaude mensualmente con la venta de las bailarinas de punto, irá destinado a esta lucha.
Esta mañana he hablado con la Asociación y firmado mi acuerdo de colaboración.
Y a esta causa se destinará el dinero.
Espero Pilu, que desde el cielo, apoyes este deseo que hoy hago realidad.
Estoy segura que conseguiremos una buena inyección económica para que se siga avanzando en la investigación y para que algún día no muy lejano, no haya unos padres, hermanos, amigos, que pierdan a un ser querido.
Te Quiero Pilu.
Gracias por tanto.
Te voy a llevar Siempre en mi corazón.
No dejes de cuidarnos nunca y vela por nosotros.
Un beso inmenso, mi / nuestro Ángel.